Este edificio, llamado también Casa Milà, es más conocido por su nombre catalán La Pedrera,
(que en castellano significa "la cantera") forma en que fue bautizado popularmente
por el sorprendente aspecto pétreo de su fachada. Ante la uniformidad que intentaba ofrecer el ensanche de Barcelona imponiendo una organización reticular, esta obra pretendía sobresalir de su entorno y hacerse notar, representando un propósito de la burguesía de estos años.
Sobre las formas contorneadas de la fachada cuelgan, como si fueran plantas que hubieran nacido espontáneamente sobre la abrupta superficie de piedra. En contra de lo que pudiera parecer por su sólido y macizo aspecto, en este edificio no existen paredes de carga, ni incluso en la fachada.
(que en castellano significa "la cantera") forma en que fue bautizado popularmente
por el sorprendente aspecto pétreo de su fachada. Ante la uniformidad que intentaba ofrecer el ensanche de Barcelona imponiendo una organización reticular, esta obra pretendía sobresalir de su entorno y hacerse notar, representando un propósito de la burguesía de estos años.